Aunque hayamos visto por las redes en muchas ocasiones el mensaje viral de; todo saldrá bien la cruda realidad es que no está siendo así, no todo saldrá bien.
No todo saldrá bien, cuando esta pandemia se está llevando consigo a miles de personas en todo el mundo cada día y aún no hay modo de controlarlo.
No está saliendo todo bien, cuando esos fallecidos no han podido tener una despedida con sus familiares como merecían. Cuando al entrar en el hospital no sabían que no volverían a salir de allí con vida.
Se han ido, sin que en muchas ocasiones su familia pudiese decirles adiós. Aislados, contaminados, y sin la atención necesaria que en muchos casos les hubiera salvado.
Su vida se ha acabado sin más, por una pandemía mundial.
A la gran mayoría aún les quedaba mucho por disfrutar.
Las victimas del covid 19 que se les trata diariamente como estadísticas en medios de comunicación. Eran personas que han perdido lo más preciado que tenemos; La vida.
No pueden decir a una persona que se ha quedado sin trabajo y recursos que todo saldrá bien. Cuando necesita esa economía para mantenerse y no sabe cuando podrá volver a estar en activo laboralmente, ya que la situación actual y la venidera no es sencilla.
Aquel autónomo que tiene su establecimiento cerrado y no sabe cuando volverá a tener ingresos pero los gastos siguen llegando. O el que si puede estar en activo pero sus ganancias han disminuido.
El empresario que ha tenido facilidades para realizar un ERTE y no en todos los casos. O el que se ha visto obligado a cesar su actividad empresarial.
Los trabajadores afectados por ERTE que posiblemente en el futuro se conviertan en ERE y con ello en más desempleados.
Todos aquellos que diariamente están en la primera línea arriesgándose a ser contagiados luchando, mientras otros tenemos la fortuna de estar confinados en casa. Quejándonos por el aburrimiento que eso nos produce.
Seamos sinceros la cruda realidad es que no todo saldrá bien.
Estar confinados en nuestro hogar es lo mejor que nos puede pasar, pero los días pasan. La situación no mejora y no vemos la luz al final del túnel, todo es incertidumbre porque esto es una desgracia a nivel mundial.
Éramos ricos, y en muchas ocasiones no lo sabíamos valorar. La libertad de poder movernos a nuestro antojo, una comida o cena con amigos y familiares.
Viajar, descubrir lugares, conocer nuevos restaurantes…
Esos abrazos que podíamos dar sin temor. El contacto físico con nuestros seres queridos, que jamás se igualará a una vídeo llamada aunque en estos momentos puede aliviar.
Los balcones se llenan de música y color mientras en la televisión se ven absurdos debates políticos sin sentido, repletos de criticas, reproches y muy pocas soluciones.
Sí, todos aquellos que estamos encerrados en casa, actualmente tenemos tiempo para reflexionar, para reinventarnos, para hacer todo aquello que en nuestro día a día normal no es posible, pero no hay que olvidar la gravedad que esto conlleva en nuestra sociedad.
Por supuesto lucharemos para recuperarnos de esta catástrofe y mientras haya vida y salud, habrá posibilidades de mejorar nuestra situación personal actual, pero esta pandemia nos ha quitado más de lo que ganaremos cuando esto termine.
El día que las calles se vuelvan a llenar de color, luz y sonido, los besos harán ecos, los abrazos se darán con más ganas y la angustia con el tiempo se olvidará.
No quiero ninguna lección de vida a costa de la muerte de miles de personas, del sobre esfuerzo y el temor de los que están en la primera línea, de la desgracia económica de tantas familias.
No todo saldrá bien, pero tendremos que levantarnos con fuerza y seguir viviendo porque aunque el mundo parezca detenido, la vida continua.
Pienso que en este caso, como en cualquier otro hay que decir la verdad. Incluso cuando eso suponga reconocer la incapacidad para resolver el problema. Todo lo demás es mentir y engañar, y eso provoca luego reacciones que no entendemos. Los jóvenes a su bola, porque no creen en el sistema o al menos no tanto como para escuchar lo que dicen los políticos de turno. Los mayores asustados, algunos pensando que este virus se «fabricó» para exterminarlos. Y todos en todas las edades hartos de tanto cambio de criterio y de una comunicación muy deficiente. Hasta que estas cosas las gestionen expertos en la materia y los políticos se vayan de vacaciones mientras se arregla, esto tiene mala pinta.
Estamos en manos de persona que solo miran por su interés económico y mientras eso suceda esto no tendrá solución.
Siento decirlo, pero yo se lo dije a un amigo, porque estaba desesperada de verle tan mal. ¿Pero… qué se puede decir en situaciones tan limite como estas? estar encerrados, creo que es bueno hasta cierto punto. Sí, el aburrimiento y todo lo que conlleva estar encerrada, pero creo que se pueden salir nuevas cosas: ansiedad, miedo, frustración… etc es cierto, también las familias que han visto morir a sus seres queridos en este año que o no eran tan viejos o eran demasiado jóvenes. Creo que es un cúmulo de muchas cosas. Espero que Madrid salga reforzado igual que las demás comunidades. Tus palabras son duras, pero ciertas. Siempre me hacen reflexionar. Un saludo desde barcelona!
Muchas gracias por tus palabras, todo esto se ha llevado un poquito de nosotros.