De tanto darle tiempo al tiempo, se nos va la vida.
Vivimos tan inmersos en nuestras rutinas diarias, que a veces nos olvidamos de valorar las pequeñas cosas.
Y si hoy fuese nuestra última oportunidad de estar aquí. ¿Habrías hecho lo mismo?
No somos conscientes de que en cualquier momento nuestra vida se puede esfumar, nadie es eterno aquí.
Quizá hoy sea la última vez que veas a un ser querido y no eres capaz de valorar ese hecho porque por regla general, no es lo habitual. Pero puede pasar.
El tiempo siempre es el mismo, pero no todo el mundo lo siente igual.
Cuando te aburres, cada minuto que pasa puede ser una eternidad, cuando te diviertes se esfuma a gran velocidad.
No te guardes ni un solo te quiero para otro momento, porque puede ser que no tengas la oportunidad.
Vive y disfruta cada segundo de tu existencia porque ese tiempo jamás volverá.
Los minutos siguen corriendo, pero no sabemos en que punto exacto se encuentra la cuenta atrás.
Haz todo aquello que te apasione, no lo dejes para mañana, ni para más tarde, si realmente lo quieres, empieza ya.
Sigue adelante, el pasado no se puede cambiar, solo puedes controlar lo que ocurre en este segundo exacto, ya que en los siguientes no puedes saber aún lo que sucederá.
Invierte tu tiempo en todo aquello que amas, nunca será perdido si lo has disfrutado de verdad.
Experimenta, descubre, recupera la ilusión, vivir es emocionante, siente y exprime esa pasión.
Sí te tropiezas, levántate con más fuerza que la vez anterior.
Valora cada oportunidad que se te presente para hacer de tu vida una aventura.
Aléjate del rencor, no pierdas tu valioso tiempo con sentimientos que te causen dolor.
Ríe con fuerza, no te quedes con las ganas y sobre todo, reinventa tu vida tantas veces como sean necesarias.
