Tú le das sentido al amor cada vez que me miras.
¿Recuerdas el temblor de mi cuerpo la primera vez que me acariciaste?
Tus manos electrizando mis sentidos, erizando cada poro.
Mi cuerpo al ritmo de tu deseo, era una serpiente hipnotizada al compás de tus movimientos.
Mi boca te deseaba a suspiros, la mezcla de fluidos no cesaba, como una batalla de rap.
Nuestra batalla de gallos no tenía ganador, la imaginación siempre era nuestro as en la manga para innovar en cada encuentro.
Tus susurros pausados y feroces que ya me llevaban al Olimpo sabiendo que no eran palabras al viento, sino rugidos de un trailer prometedor para la película que nos íbamos a montar…
Es posible que nuestra historia no estuviera escrita en las estrellas, pero desafiando las normas nos inventamos nuestro propio guión, nuestra historia la escribimos día a día nosotros dos.
Tú me has hecho creer de nuevo en el amor y no un amor de esos de discusiones, celos, castigos, culpabilidades, reproches, conciliaciones y desgaste constante.
Me has hecho creer en lo que realmente significa la palabra amor. Simplemente tú le das sentido al amor.
Un equipo perfecto, dos personas unidas en un sentimiento, magia, deseo y comprensión.
Complicidad sin medida, imaginación sin limitaciones, razones para sonreír cada día.
Ya no creo que el amor pueda ser de alguna otra manera de cómo lo vivo a tu lado, de como tú me lo haces sentir.
Creo que nunca había sentido el amor de un modo tan intenso y a la par tan saludable.
No tengo necesidad de gritar al mundo entero que te amo, porque morirían de envidia al vernos, con que lo sintamos tú y yo, no necesito nada más en nuestro cuento.
Mientras pararon nuestra manera de vivir, yo seguía atrapada en este sueño que es una realidad diaria.
Verte al despertar cada mañana, es un ritual lleno de magia.
Sigamos escribiendo, soñando despiertos, sintiendo, riendo, pero principalmente sigamos viviendo nuestra propia historia sin miedos.
-Sara J Pajares-
