Nadie se muere por nadie, sigo aquí y mi vida continua.
Hace mucho tiempo que dejar de pensar en ti como alguien a quién admirar.
Ya hace demasiado que no entiendo tus acciones ni tus hechos ,ya no me gustaría estar en tu cabeza, para saber que piensas o que sientes, porque todo lo que haces me parece incoherente.
No tienes justificación por mucho que lo intentes, tus actos, no tienen explicación.
No eres una víctima, ni un pobrecito, eres dueño de tus decisiones y esto es lo que tú has elegido.
En mis días apenas ocupas tiempo, solo cuando algo de lo que provocas, irremediablemente en mi vida se convierte en un tormento.
¿Crees que algún día podremos a hablar con sinceridad?
¿Consideras que algún día dejaremos la hipocresía, con tal de mantener el mínimo contacto por cortesía?
Dudo que eso pueda pasar, ya no me dueles, ya ni siquiera siento decepción, ya no quiero ni un mínimo de tu atención. Solo deseo vivir en paz.
Mi indiferencia, fue causada por tu ausencia.
Hace tiempo me dijiste que nadie se muere por nadie y a día de hoy sé que es verdad.
A veces es necesario dar pasos atrás, para coger impulso. Bajar del pedestal, recoger los pedazos y volver a empezar. Aprendiendo de los errores pasados con más humildad.
Valorar que la felicidad se basa en otras cosas, como la salud y la de tus seres queridos, que no falte un plato en la mesa y un colchón donde descansar cada noche, para poder soñar con un mundo mejor.
Centrar toda tu atención en alguien que no ha sabido corresponder tu amor, es una pérdida de tiempo constante, un desgaste que no te lleva a ninguna parte.
Valora las sonrisas que te rodean diariamente, abraza con fuerza y sé consciente de que seguimos aquí, que tenemos cada día la oportunidad de vivir y sentir.
La vida es una lucha constante, cada cual libra sus propias batallas.
Entrega todo tu amor y pasión, en todo aquello que dependa de ti, alimenta tu ilusión y si no es correspondido, simplemente sigue adelante.
