No podemos controlar cómo actúan otras personas pero sí cómo nos afecta.
No todo el mundo piensa del mismo modo, no sienten igual. Cada persona es única y por lo tanto su forma de actuar no puede ser como la nuestra.
Hay que respetar a los otros tal y como son. Si pretendes que alguien cambie por complacerte, ese es tu problema.
Si no te gusta algo de esa persona, no tiene la culpa. No puedes pretender que se transforme en algo que no es, para calmar tus expectativas.
Lo que está en tu mano, es cambiar el cómo te afectan los comportamientos de los demás.
Si no te gusta, no sigas ahí. Deja a las personas que puedan decidir lo que les hace feliz, no tiene por que ser lo mismo que a ti.
No estamos programados para actuar todos por igual.
No tienes por que atacar para defenderte, a veces el silencio es la respuesta más inteligente.
Las palabras hirientes no se borran fácilmente. Parece fácil soltarlas en momentos de calentón, pero son dardos envenados de doble filo y al lanzarlos vuelven como un boomerang hacia el corazón.
No podemos controlar cómo actúan otras personas pero sí nuestra reacción ante ello.
Si te afectan los comportamientos ajenos, y te causan sentimientos de negatividad o tristeza, quizá es que ese no es tu lugar. No insistas en seguir ahí.
Puedes decidir que es el momento de no mirar atrás, ni siquiera de reojo. El pasado, pasado está. Lo que se agrieta, no puede volver a su estado inicial.
Levántate, no necesitas impulso para saltar. No tienes un corazón inerte, late y bombea apasionadamente. Deja que la vida vuelva a sorprenderte.
Ahora puedes respirar con serenidad, la culpa ya no será tu tormento. Disfrútalo, es el momento.
Tu mirada volverá a brillar con esa ilusión infantil que nunca debió apagarse en tí. Una lección más, aprendizajes constantes.
1, 2, 3.. ¡Despierta! No cierres los ojos más a las aplastantes realidades, por melancólicos recuerdos fugaces.
Volverás a idealizar, la vida aunque no siempre sea una fantasía, realmente es un lugar emocionante.
No se puede controlar lo incontrolable. La incertidumbre es más excitante. 😉
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Muchas de las cosas que nos dices, creo que las hemos pensado todos en algún momento. Lo que cuesta no mirar al pasado, irse cuando sientes que algo no funciona…cuesta cambiar el chip y volver a ilusionarse,bss!
Gracias por tus palabras Paula. 🙂
De acuerdo con la frase «No podemos controlar cómo actúan otras personas, pero si cómo nos afecta», hay mucha razón y en que si los comentarios de los demás te entristecen, quizás debas alejarte de esas personas. Una entrada para reflexionar y sobre todo para poner en práctica.
Muchas gracias por tus palabras Sandraduky. 😊