La vida no es complicada los complicados somos nosotros, porque la vida no espera nada, solo que la vivamos y nosotros decidimos como hacerlo.
Nos empeñamos constantemente en que funcionen cosas que no tienen arreglo, pensando que podemos salvar la situación y dejamos un poquito de nosotros en cada intento.
Si no funciona, no hay que forzarlo, es simple, nosotros lo complicamos.
Pensamos demasiado, a veces hasta llegar al exceso, eso nos genera situaciones de estrés y ansiedad hasta acabar agotados.
La vida está en constante cambio y por lo tanto, nosotros no somos los mismos que cuando empezamos.
Que algo funcionase en su momento, no quiere decir que sea eterno.
Hay que asumir el riesgo a que algo que empieza puede terminar en cualquier momento, pero no vivirlo por temor a sufrir ese final, nos hace vivir esclavos al miedo.
El miedo es muy traicionero, puede nublar tus pensamientos hay que intentar escapar de ese estado emocional porque si no, te quedarás sin fuerzas para seguir avanzando y estarás paralizado.
Avanzar con cada paso, pisar firme el terreno, no se puede vivir constantemente de recuerdos, hay que crearlos nuevos.
La vida no es complicada los complicados somos nosotros porque nos auto exigimos demasiado. Cuando lo único que deberíamos hacer es saborear cada instante y disfrutarlo.
Vivir encerrados para protegernos… Ahí fuera hay un lugar maravilloso por descubrir, mucho por experimentar. A través de una ventana el mundo no brilla igual.
Si todo acaba, que nos quiten lo disfrutado porque al menos hemos tenido el coraje de vivirlo, y de ser más fuertes que el miedo.
La vida está hecha para vivirla apasionadamente ya que solo hay una.
Por supuesto que existen situaciones complicadas; personas que mueren de hambre, guerras, desastres naturales, enfermos terminales, y un sin fin de problemas reales.
Muchas veces nuestra mente nos juega malas pasadas y crea situaciones problemáticas por el miedo, para victimizar, para complicamos y no ver la simpleza que no nos permite avanzar y salir de ese estado emocional.
Abre los ojos, quítate la venda que te ciega de la realidad.
¿Cuánto más estás dispuesto a complicarte?
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