Los polos opuestos se atraen. Una gran mentira que no se puede sostener.
He escuchado esa frase en millones de ocasiones. A día de hoy, considero que es una gran leyenda urbana que hemos alimentado con el paso de los años.
Dos personas que nada tienen en común y sus diferencias les causa atracción.
A simple vista resulta tentador, pero la realidad, es que los polos opuestos se repelen con el tiempo.
El amor no hay que forzarlo. Si eres polo opuesto de tu pareja, tendrás que ceder para agradar sus gustos, pensamientos y sentimientos y del mismo modo, al revés el/ella deberá hacer lo mismo.
Por lo tanto, tenéis que convertiros en otra persona para complacer al otro, dejarás de ser tú mismo y la libertad de tu persona para adaptarte a la otra.
Las relaciones no se mantienen simplemente con la atracción.
El amor hay que cultivarlo día a día y si no existe complicidad, pasiones comunes, sueños compartidos. ¿Cómo va a funcionar?
Desde pequeños nos han manipulado para inculcarnos una idea equivocada sobre el amor, en películas, libros y experiencias de seres cercanos.
Quién te quiere, jamás te hará llorar, el amor no todo lo puede, debemos cambiar nuestras creencias sobre el amor para ser capaces de crear relaciones saludables, el amor no es drama y sufrimiento. Es de los mejores sentimientos del mundo cuando es compartido.
Quién te ama de verdad, jamás querrá cambiarte y si lo intenta, solo estará alimentando su propio ego y penalizando tu comportamiento para complacer sus cánones de pareja perfecta.
Si no te aceptan tal como eres y pretenden cambiarte. ¿Por qué no buscan a alguien que complazca sus deseos?
Con las relaciones ocurre lo mismo, tienes que elegir una, que sea acorde a tus necesidades.
Los polos opuestos no se atraen, eso es pura toxicidad que te llevará a un abismo de infelicidad continuada.
Muchas parejas no son capaces de entender que sus diferencias no les fortalecen sino que les alejan. No tienen el valor de buscar a alguien que realmente les complemente. Prefieren castigar y enfadarse constantemente con el otro por no estar a la altura de sus exigencias.
El amor es mucho más sencillo que todo eso, pero hay quien prefiere complicarse la vida.
