Todo pasa por algo y lo que no pasa también es por algo.
No creo que nuestro destino esté escrito, pero he comprobado a lo largo de los años que cuando algo ha ocurrido, ha tenido una razón o motivo que me ha llenado y cuando no ha pasado también.
Quizá solo es un modo de buscar el romanticismo a las decisiones y reafirmar que las cosas que han ocurrido o no, era porque algo positivo estaba por llegar.
Quizá solo es mi modo de vivir mi vida y ver el mundo agradecida por todo lo que tengo la oportunidad de vivir cada día.
No he vivido una vida de ensueño.
No todo han sido sonrisas a lo largo del camino, pero puedo asegurar que no me arrepiento de ninguna de mis experiencias.
Positivas o negativas siempre me han aportado algo que han ido transformándome hasta convertirme en la persona que soy hoy.
Sí pudieses volver atrás, ¿Qué le dirías a tu yo del pasado?
Ayer me hicieron esta pregunta, y no dude ni por un segundo en mi respuesta; a mi yo del pasado no le diría absolutamente nada, porque no cambiaria ni una coma de mi historia.
Solo me quedaría observando y pensaría para mis adentros, si sufres, ya se te pasará, si sonríes, no todos los días serán igual, pero vas a vivir una vida plena, porque jamás te vas a quedar con las ganas de nada.
Me siento afortunada porque a pesar de no haber tenido una vida fácil, no habría querido vivirla diferente.
Ha merecido el esfuerzo, las lagrimas, las sonrisas, la pena, la frustración, la alegría, haber llegado hasta aquí.
He vivido una vida con coraje y valentía, he hecho siempre todo aquello que sentía, por si mañana dejaba de existir.
A veces olvidamos que no somos eternos, nos empeñamos en sufrir por un futuro que es totalmente incierto o en un pasado que ya no podemos cambiar y en muchas ocasiones, no nos planteamos que es posible que esto se acabe en un instante.
Si realmente supieras el momento en el que esto se acaba. ¿Qué harías con tu yo del futuro?
No podemos cambiar el pasado que hemos vivido, pero si el futuro que está por venir.
Todo pasa por algo y lo que no pasa también.
Mirando al pasado, me parece asombroso todo lo que he disfrutado. Lo que he llegado a superar por mí misma, lo que he conseguido luchando hasta que inevitablemente tenía que formar parte de mi vida. La suerte que he ido teniendo por todo aquello que no dependía de mí y ha ido pasando o no pasando.
Si pienso en el futuro, y tengo la oportunidad de seguir aquí, quiero seguir haciendo todo aquello que siento, aunque a veces me haya dado un poquito de miedo, quiero seguir viviendo cada segundo al máximo.
No quiero experimentar el sentimiento de quedarme con las ganas de hacer aquello que deseo, porque quiero seguir observando a mi yo del pasado y sentir orgullo por ser mi yo de hoy, para construir si tengo la oportunidad, mi yo del mañana.
Conformarse con una vida que no amamos, y no hacer algo por cambiarlo, vivir la vida que otros esperan que vivamos, no es vivir.
Pasado, presente, futuro. Somos lo que vivimos ayer, y lo que queremos para este momento, ni más ni menos que eso.
Sí te arrepientes de lo que eres hoy por tus experiencias pasadas, no te quedes con las ganas. ¡Cámbialo! Mientras haya vida, tienes esa fortuna diaria.
